De entre todas las aves preciosas del México antiguo hay una tan pequeña que te cabrían varias de ellas en una sola mano y que, a pesar de su tamaño, posee una envidiable grandeza de espíritu. En maya es llamada x ts’unu’um; tsut’u en hñä-hñü; en náhuatl, huitzilin y en español, colibrí. Te voy a contar un poco de su simbolismo en el México prehispánico.
El colibrí es un ave muy silenciosa, de hermoso plumaje en colores metálicos, que parece cambiar de tonalidad dependiendo del ángulo del que se le aprecie y la luz que lo ilumine. Existen 650 especies desde Canadá hasta Tierra de Fuego, de las cuales 50 se encuentran en México. Es precisamente en esta tierra donde su magia ha dado pie a leyendas que cuentan desde la creación del amor hasta declaraciones de guerra.
Bueno, los colibríes pertenecen a la familia de los trochilidae y son los animales de sangre caliente más pequeños del planeta, aunque también unos de los más feroces a la hora de la disputa territorial por sus preciadas flores, de las cuales obtienen su energía, pues cada uno tiene que libar alrededor de 1000 flores al día para poder obtener la cantidad de néctar necesario para su sustento.
Por lo anterior, las batallas entre colibríes llegan a ser despiadadas y sin cuartel, siendo una suerte que no tengan un tamaño mayor, o ¡quien sabe de qué serían capaces!. Como dato adicional, hay que mencionar que, en relación a su tamaño, poseen una de las musculaturas más grandes de todas las aves del planeta.
¿Recuerdas que te dije que el colibrí también crea el amor?
Bueno, en el mundo nahua hay una palabra para designar al acto de enamorar a alguien por medio de hechizos y esa es ique huilotla. Uno de estos sortilegios decía que para tener suerte en el amor había que llevar un colibrí cerca del corazón y entonces no importaría nunca más si uno era pobre, viejo o feo. Más al norte, en Querétaro, los hñä-hñü tienen una creencia similar, pues los jóvenes emplean al tsut’udoni, que se traduce como “pájaro flor”, para poder acercarse a las muchachas, pues ellas son comparadas poéticamente por las flores.
Pero ¿qué hay de los mayas? Sobre el x ts´unu´um nos cuentan que, una vez consumada la creación del mundo y la vida, los dioses dieron a cada ser vivo una tarea en específico y, cuando terminaron por repartirlas, notaron que a nadie le habían dado la misión de llevar los deseos y pensamientos de un sitio a otro. Los dioses se dieron cuenta de que el material para crear la vida se había agotado, así que tomaron una piedra de jade y tallaron una hermosa flecha que con un soplo divino se transformó en el ts´unu´um, sin duda una de las criaturas más frágiles y hermosas de la creación.
Los hombres trataron de cazarlo para adornarse con sus plumas, pero el designio de los dioses era el de prohibir su captura, a menos que quisieran lidiar con la furia de los creadores.
Es que los dioses habían dado la más noble de las tareas a la más hermosa de las aves. Por ello se dice que si un colibrí cruza en tu camino es porque alguien en la lejanía te está mandando buenos deseos o está pensando en ti de una forma muy linda. Pero ojo, si un colibrí vuela sobre tu cabeza es porque está leyendo tus deseos y pensamientos hermosos para llevarlos a esa persona especial, así que ¡no lo interrumpas!